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Embarazo

El cuerpo que cambia durante el embarazo

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El cuerpo que cambia durante el embarazo

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Durante el embarazo, el cuerpo cambia profundamente y, sin embargo, aún se habla muy poco de ello. A menudo se idealiza la imagen del vientre redondo, sin preparar necesariamente a las futuras mamás para estas transformaciones profundas que va a sufrir su cuerpo. Sin embargo, comprender mejor estos cambios puede ayudar realmente a vivirlos con más serenidad.

Las adaptaciones fisiológicas

En realidad, desde las primeras semanas, todo el organismo se pone en movimiento: el sistema cardiovascular se adapta, el volumen sanguíneo aumenta aproximadamente 1,5 litros, lo que puede provocar una ligera anemia y hacer que el corazón trabaje más. La respiración se vuelve más amplia para responder a las mayores necesidades de oxígeno, y esto puede dar la sensación de estar sin aliento incluso después de un pequeño esfuerzo. El sistema venoso también evoluciona: las paredes de las venas se relajan bajo el efecto de las hormonas, lo que ralentiza la circulación sanguínea. Esto explica la sensación de piernas pesadas, los edemas e incluso, en algunos casos, la aparición de varices o de un síndrome de congestión pélvica.

Postura, dolores y movilidad

Paralelamente, el útero crece, lo que desplaza progresivamente el centro de gravedad hacia delante. El cuerpo hace todo lo posible por adaptarse a esta nueva postura, pero esto a menudo provoca una hipercifosis, dolores en la parte baja de la espalda y una mayor tensión en los músculos estabilizadores de la pelvis y la columna.

Además, las hormonas del embarazo, especialmente la relaxina, hacen que los ligamentos sean más flexibles, lo que favorece una cierta laxitud articular. Esto puede provocar sensaciones de inestabilidad, o incluso esguinces, sobre todo en los tobillos. Los músculos son más extensibles, pero a veces un poco menos tonificados, lo que aumenta el riesgo de dolores musculares o articulares.

« Por eso se recomienda mantener una actividad física suave para preservar la tonicidad y aliviar las tensiones. »

Muchas mujeres también sienten dolores ligamentosos, a menudo localizados en la parte baja del vientre o en la ingle: son los ligamentos que se estiran para acompañar al cuerpo que cambia, pero que a veces no tienen tiempo de seguir el ritmo. En estos casos, los estiramientos pueden ser muy beneficiosos. El periné, ese conjunto de músculos tan importante, también se ve muy afectado, y no es raro sentir molestias, tensiones o incluso dolores. Tomar conciencia del periné, aprender a relajarlo, a movilizarlo suavemente, es ya prepararse para el parto, pero también para el posparto.

Aumento de peso y transformación de la pelvis

El aumento de peso es otra gran fuente de interrogantes durante el embarazo. Sin embargo, es natural: se explica por el aumento del volumen sanguíneo, el desarrollo del bebé, de la placenta y la presencia del líquido amniótico. De media, se habla de un aumento de peso de 8 a 16 kilos para un embarazo simple, y de 19 a 24 kilos para un embarazo gemelar. Este aumento de peso puede acelerarse al final del embarazo, lo cual es completamente normal.

A veces, se propone una prueba de detección de la diabetes gestacional para comprobar si la futura mamá se vuelve insulinodependiente o no. En caso de diabetes o de bebé grande, puede que se planteen cesáreas, pero esto siempre depende del contexto y se abordará con el equipo médico. Estos aumentos de peso también pueden fragilizar el periné y favorecer una diástasis abdominal (separación de los músculos rectos abdominales), de ahí la importancia de seguir moviéndose.

La pelvis también evoluciona para prepararse al paso del bebé. Al final del embarazo, el bebé desciende progresivamente en la pelvis, atravesando los tres estrechos (superior, medio e inferior). Por esta razón, en los cursos de preparación al parto, se trabaja mucho la movilidad de la pelvis, con ejercicios sencillos y eficaces. Pueden aparecer otros cambios: los pies pueden volverse más anchos y algunas mujeres incluso ganan un número de calzado. La pilosidad puede acentuarse a causa de las hormonas y aparecen las máscaras del embarazo.

El posparto: un nuevo capítulo

Y después del parto, las transformaciones no se detienen: los senos, que ya han empezado a crecer durante el embarazo, se ponen a producir leche. El vientre parece vacío, a veces blando, la piel puede parecer distendida y pueden aparecer estrías. Muchas jóvenes mamás hablan de este momento extraño en el que ya no se reconoce realmente su cuerpo. Entonces es esencial tomarse el tiempo de reconectar con su cuerpo, de estar acompañada en esta etapa. La recuperación puede llevar varios meses, incluso años. Nunca hay que comparar su cuerpo de hoy con el de antes. El objetivo es reconstruirse, no volver atrás.

El puerperio varía de una mujer a otra. Después de un parto vaginal, la recuperación puede ser más rápida que después de una cesárea. Los loquios, esos sangrados vaginales, pueden durar hasta seis semanas. Los dolores pélvicos, sobre todo en caso de desgarro o de episiotomía, requieren paciencia y reposo.

La reanudación de la actividad física dependerá del tipo de parto y de la recuperación global, pero algunos métodos como el de De Gasquet pueden reanudarse rápidamente.

La sexualidad también puede evolucionar. El regreso a las relaciones íntimas dependerá de la experiencia del parto, de la comodidad, del deseo de cada uno. Las recomendaciones a menudo hablan de un plazo de seis semanas, pero no hay regla. Lo que cuenta es el respeto del cuerpo y de las sensaciones.

En cuanto a la pérdida de peso, se produce progresivamente: depende del aumento de peso durante el embarazo, pero también del sueño, de la alimentación y de la lactancia. Es completamente normal perder un poco de peso después del parto, pero hay que tener en cuenta que se necesitaron nueve meses para crear la vida… y que es legítimo tomarse tanto tiempo para encontrar un nuevo equilibrio. La reeducación perineal y abdominal es una etapa esencial, que no hay que descuidar. Y más allá de todo esto, es importante recordar que cada cuerpo es diferente, que cada experiencia es singular. No sirve de nada quemar etapas, ni compararse. Lo esencial es escucharse, respetarse y concederse tanta dulzura como sea posible.

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