¿Sabías que el aborto no solo concierne a las adolescentes o a las mujeres sin hijos? Cuando se habla de interrupción voluntaria del embarazo, a menudo pensamos en chicas jóvenes, en mujeres sin acceso a anticonceptivos, en un accidente de la vida. Sin embargo, todas las mujeres pueden verse afectadas, independientemente de su edad, sean ya madres o no. Y esta elección nunca es fácil. Para algunas, continuar con un embarazo es simplemente imposible, y es legítimo.
No estáis solas. Y sobre todo: no tenéis que justificaros. Una mujer que ya es madre puede perfectamente venir a consultar por un aborto, y esto por muchas razones. Puede ser por un cansancio extremo relacionado con noches interrumpidas, responsabilidades que se acumulan, un embarazo percibido como insuperable. También puede deberse a un contexto familiar complicado, una separación, aislamiento, precariedad, problemas de salud mental como el burnout maternal o la depresión posparto. Por supuesto, también hay razones médicas, cuando el embarazo pone en peligro la salud de la paciente. No es ni falta de amor, ni una decisión tomada a la ligera. Rechazar un embarazo es a veces una muestra de lucidez, coraje y responsabilidad. Es pensar en una misma, en la pareja, en la familia.
El marco legal
En Bélgica, el marco legal es claro: el aborto está permitido hasta las 12 semanas de embarazo, es decir, 14 semanas de amenorrea (desde la última menstruación). La ley impone una primera consulta seguida de un período de reflexión de seis días. Este tiempo, a veces considerado corto, es en mi opinión valioso. Permite estar informada, hacer preguntas, reflexionar respetando la situación de cada una. En algunos casos urgentes, este plazo puede acortarse, pero si se puede respetar, es beneficioso.
En Francia, el aborto está permitido hasta las 14 semanas de embarazo, es decir, 16 semanas de amenorrea. La ley prevé una primera consulta médica para informar a la paciente, verificar la fecha exacta del embarazo y presentar los diferentes métodos posibles. Se ofrece un tiempo de reflexión, pero no es obligatorio: la decisión siempre pertenece a la mujer. En ciertos casos particulares, especialmente si la salud de la madre está en peligro o en caso de anomalía grave del feto, se puede considerar una interrupción médica del embarazo (IME), sin límite de plazo. El objetivo de este marco legal es garantizar a cada mujer un acceso seguro, regulado y respetuoso al aborto.
La primera cita

Durante esta cita, hablaremos sobre los antecedentes médicos y quirúrgicos de la paciente: problemas de salud, medicamentos, alergias, embarazos previos, partos, abortos espontáneos, aspiraciones… Esto permite elegir el mejor método adaptado a su situación.
También se verifica la fecha de la última menstruación, si se está usando algún método anticonceptivo, si ha habido lactancia, y se realiza un examen clínico y una ecografía. Esta ecografía permite verificar que el embarazo está bien ubicado en el útero, que es evolutivo, y fecharlo con precisión. Esto es importante porque a veces, una paciente viene a verme por un embarazo no deseado, en el marco de una solicitud de aborto, y descubrimos en la ecografía que el embarazo en realidad no es evolutivo: se ha detenido espontáneamente. Esta verificación es, por tanto, esencial para proponer la atención más adecuada. Este momento también sirve para presentar los métodos de aborto, sus ventajas, sus limitaciones, y para orientar hacia un centro adecuado. También se habla de anticoncepción post-aborto. Esta cita también puede ser una oportunidad para un seguimiento psicológico o social, no obligatorio pero muy recomendado.
Más allá de las 14 semanas de amenorrea, el aborto ya no está permitido, excepto en caso de peligro para la madre o malformación fetal – entonces se habla de interrupción médica del embarazo (IME).
Los métodos de aborto
Existen dos:
- el aborto médico
- el aborto quirúrgico por aspiración.
El aborto médico generalmente se practica antes de las 8 semanas de embarazo. Consiste en tomar dos medicamentos con 48 horas de intervalo. La ventaja es que es un método más natural, menos invasivo, que se puede vivir en casa, a su propio ritmo. Pero requiere una buena preparación, ya que se asemeja a un mini-parto. Hay contracciones, dolores, y es necesario explicar bien cómo tomar los analgésicos. Paracetamol, Buscapina, ibuprofeno (si no hay contraindicaciones digestivas). Hay hasta nueve medicamentos posibles para sobrellevar mejor esta etapa. También hay que preparar a las pacientes para sangrados abundantes, y saber reconocer una hemorragia (cuando la sangre fluye hasta los dedos de los pies y ya no se puede seguir con protecciones). En este caso, hay que ir a urgencias, y puede ser necesaria una aspiración de emergencia.
El segundo método es el aborto quirúrgico, practicado ya sea en un centro de planificación familiar o en el hospital. En el centro de planificación, no hay anestesia general, por lo que será una anestesia local: la paciente está despierta, se anestesia la zona, se puede ofrecer música para ayudarla a relajarse. En el hospital, con anestesia general, la paciente duerme durante la aspiración y no siente nada. Algunas prefieren la anestesia local porque se evitan los efectos secundarios y se puede salir más rápido después de la intervención. El aborto quirúrgico tiene la ventaja de ser rápido, a menudo realizado en una sola etapa, y a veces permite colocar directamente un método anticonceptivo como un DIU. Es más medicalizado, más intrusivo, con un ligero riesgo de adherencia (las paredes del útero pueden pegarse), pero este riesgo sigue siendo raro con los métodos actuales.
¿Y después?
Cualquiera que sea el método elegido, se ofrece acompañamiento antes, durante y después. Siempre se recomienda una consulta de seguimiento post-aborto: se verifica que todo esté bien, se vuelve a hablar de anticoncepción, se aborda la experiencia emocional.
Porque sí, el aborto no es solo un acto médico. Es una experiencia humana, íntima. Algunas mujeres sienten culpa, otras alivio, a veces tristeza, ira, o incluso paz. Todas estas emociones son válidas. Hablar de ello es esencial. Con un profesional, una asociación, un familiar de confianza. También existen grupos de apoyo.
Todo esto, por supuesto, está cubierto por el secreto médico, y el aborto a menudo está totalmente reembolsado.
Nadie elige este camino por comodidad. Es un momento de vulnerabilidad, pero también de fuerza. Tienes derecho a elegir. Serás escuchada, informada, acompañada, sin juicios.
«El aborto es legal. Está regulado. Es humano.»